Reurbanizar. Asociaciones transformadoras entre infraestructuras materiales y formas de ocupación.

por Ariel Jacubovich


La mayoría de la humanidad vive en la actualidad en ciudades. La urbanización es un proceso que se viene acelerando en las últimas décadas cobrando dimensiones globales. Ciertas miradas esquemáticas post-humanistas, que describen las ciudades como una nueva capa geológica de materia que se va extendiendo sobre la tierra, no alcanzan para lograr observar el entramado complejo en el que se construyen las relaciones que posibilitan su conformación. Un entramado heterogéneo y múltiple donde las diversas formas de organización, materiales e infraestructurales, se solapan y combinan con una multiplicidad de maneras de ocuparlas.

Para poder intervenir activamente en los procesos de crecimiento y transformación del entorno urbano es imprescindible desarrollar capacidades para la construcción de representaciones que describan con un nivel de precisión tal lo existente que nos habiliten como actores relevantes de esos procesos.


Nodo-red

Para poder dar cuenta de esta heterogeneidad que participa de lo urbano, es importante prestar atención a la ciudad cada vez menos como un organismo centralizado y entenderla más como compuesta por una multiplicidad de redes que la conforman. Estas redes no son anodinas o genéricas, sino que están integradas por grupos específicos, con un alcance territorial delimitado, con una forma de operar y producir particular y que se nuclean en torno a Nodos donde se cruzan los intereses y capacidades de las partes con las controversias que las reúnen. Para poder describir estas especificidades de manera precisa es necesario rastrear los vínculos, definiendo los actores que participan, estableciendo las relaciones que los conectan y las forma en que se organiza la acción. Estos Nodos o ecologías urbanas son conjuntos de relaciones parciales que se encuentran asociados en torno a un “asunto en común” y que se articulan cotidianamente poniendo a funcionar una maquinaria de pequeños actos relacionales, en los que se amalgaman individuos, grupos, objetos, cosas, situaciones, eventos, intereses y acciones. El campo donde se despliega este escenario es en la franja intermedia entre las infraestructuras y los modos de ocupación, ni de un lado ni del otro. No hay forma de describir el soporte material sin la vida que lo ocupa, lo estable y estructural de lo que varía según la situación, ya que ambos se modifican mutuamente todo el tiempo. Es en ese campo donde es preciso que los arquitectos enfoquemos, donde nuestra participación puede ser más activa. Una participación que nos posicione como mediadores de un contexto existente pero a la vez operando desde nuestras propias capacidades y conocimientos específicos; y por lo tanto como actores necesarios de la transformación. Estas operaciones investigativas de rastreo y representación de las redes que conforman la ciudad no son el momento previo a la instancia propositiva y proyectual, son parte constitutiva; sin una descripción precisa no hay manera de intervenir o de formar parte de su transformación. En este sentido podemos especular con pensar que lo que llamamos proyecto es simplemente una descripción con tal grado de acumulación que termina describiendo lo que todavía no existe (pero que tiende a aparecer). Entendemos que un abordaje de lo urbano actual requiere de descripciones con un nivel de precisión que pueda dar cuenta de las formas novedosas en las que prolifera la ciudad, y que permita registrar las nuevas asociaciones que definen su transformación.


Descripción de controversias

Estas redes urbanas que nos proponemos mapear y que se nuclean en torno a Nodos donde se cruzan e intensifican las relaciones, se despliegan en el campo intermedio entre las infraestructuras y las formas de ocupación (o entre la materia y las acciones) y tienen un vínculo que las mantiene unidas y a la vez motoriza su inestabilidad al que llamaremos sintéticamente Controversia.Nos referimos al término controversia no necesariamente como algo conflictivo o polémico, ya que también puede ser algo moderado. Pero en todo caso como lo que no está estabilizado, cuyo debate incluye conocimientos técnicos que no tienen seguridad completa y cuya definición no puede resolver de única mano un saber científico o un consenso político o moral. Un ejemplo de esto no podría reducirse (como suele aparecer el debate simplificado) a la pregunta sobre si “urbanizar o no urbanizar” ciertas zonas de la ciudad. Estás opciones generales, cerradas y maniqueas, esconden en realidad posiciones amplias y complejas que conectan actores urbanos concretos con modos de entender la ciudad diferenciados, e incluye situaciones localizadas específicas (como casos de disputas territoriales, ambivalencias normativas, derechos a la vivienda y a la ciudad reclamados a través de acciones concretas, etc.).


Reurbanizar propone superar esa dicotomía adentrándose en los modos, las formas, las experiencias transformadoras, existentes o latentes, que se encuentran en las asociaciones híbridas entre las infraestructuras materiales y las formas de ocupación.